domingo, 28 de agosto de 2011

PODER QUE CORROMPE

Uno de los aspectos que el hombre sin temor de Dios ha querido adquirir es el poder. Muchos quieren poder, poder para gobernar, poder para abusar de los demás, poder para enaltecer su ego. Los nazis estaban obsesionados con los objetos sagrados   tales como el Santo Grial, el arca de la alianza y la lanza de Longinos. Parecería una película de Indiana Jones, pero la realidad es que Adolfo Hitler creía que si obtenía estos objetos tendría el control del mundo. Recuerden que Hitler tenía un trasfondo esotérico , ya que él y gran parte de sus secuaces pertenecían a una sociedad secreta ocultista que creía en la supremacía de la raza aria, etc. Pero el Tercer Reich no duró los mil años que ellos proclamaban. Su maldad y soberbia los llevó a la perdición. El hombre , en su depravación total, se cree que con el poder se llega  a la cumbre. Un lema popular dice que “el conocimiento te da poder”, pero poder,¿para qué? ¿Poder para la soberbia, poder para pisotear al desamparado?Esto no es exclusivo del mundo político ni del mundo laboral. En el mundo religioso el poder también ha corrompido los hombres. Dios quiere que seamos siervos , pero en varias instituciones religiosas se han convertido en C.E.O s y en presidentes corporativos.
¿Qué dice la Biblia del poder? “Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo , y perdiere su alma?” (Marcos 8:36) Puede tener toda la fama del mundo, todo el poder humano, pero sus corazones están vacíos. El dinero le podrá resolver sus problemas financieros, pero no su problema principal : que el pecado lo separa de Dios y está muerto en sus delitos y pecados. Marilyn Monroe, Kurt Cobain, Michael Hutchence,etc., todos tenían fama y dinero, pero teminaron en el suicidio. Porque el problema es espiritual, no de dinero. ¿Quieres conocimiento? Conoce la palabra de Dios, y todo tu intelecto humano llévalos a los pies de Cristo para usarlo para su gloria. ¿Quieres poder? Dios quiere que recibamos el poder del Espíritu Santo (Hechos 1:8), para ser testigos de Jesucristo. En el original griego, ser testigos implica ser mártires, dar tu vida por el evangelio. No es el acomodaticio mensaje del evangelio de la prosperidad, es que si quieres el poder del Espíritu Santo la persecución vendrá a tu vida, si amas su Palabra.El poder del Espíritu Santo no se compra como quizo Simón  el mago  en el libro de los Hechos, y que de allí se acuña el término “simonía”. Es un hermoso regalo de Dios concede a sus hijos, nacidos de nuevo y transformados para su gloria.

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